PARODIA DE UN AMOR VIRTUAL
Álvaro Gómez Castro
Se dice que la mentira
que mil veces se repite,
que mil veces se repite,
como una verdad se mira
lo demás, importa un pite
La historia que voy a narrar
increiblemente es real,
y en detalle la voy a contar.
Es historia sin igual.
y en detalle la voy a contar.
Es historia sin igual.
Él, rondaba los sesenta,
serio y muy circunspecto;
Ella, llegaba a cincuenta
sin tener ningún prospecto.
Él, dos veces separado,
aburrido y sin dinero;
ella, en país alejado,
ella, en país alejado,
en guerra, en un febrero.
Cualquier día, al azar
por la Internet se vieron
y ambos quisieron probar
el amor que, antes no vivieron.
Promesas, medias verdades,
Promesas, medias verdades,
un muy largo cuento triste,
y otras muchas veleidades,
computadores en ristre.
Él no hablaba el inglés,
menos ella el español.
Para él, era un revés,
para ella, era un bemol.
¡Ahí estuvo el traductor!
¡Ahí estuvo el traductor!
Lo usaron con devoción
y cada día, mejor,
en su comunicación.
Sin esa dificultad,
por Google ya resuelta,
no faltó la voluntad.
La lengua anduvo suelta,
al principio con prudencia;
al principio con prudencia;
pronto, llegó la pasión;
con ella, la vehemencia...
el amor fue aluvión.
Imaginaron el beso,
soñaron con los abrazos,
sexo virtual, todo eso…
y…se estrecharon los lazos!
¡Cosa rara sucedió!
se enviaron muchos mensajes
y el amor apareció
entre virtuales brebajes.
Soledades compartidas,
anhelaron maravillas,
y planearon sus vidas
en las soleadas Antillas.
Así, nuestros dos amantes,
Así, nuestros dos amantes,
en el éter construyeron
amores extravagantes
que solo ellos se creyeron.
Pero en el mundo virtual
existe una desventaja:
no se consulta lo real,
ni tampoco la marmaja
Con empeño él, ahorró
Con empeño él, ahorró
para el encuentro previsto,
el dinero, recaudó.
y...¡sucedió lo imprevisto!
Increible, pero muy cierto:
Un dolor, una molestia.
Ahora un nuevo entuerto,
¿Cómo vencer a la bestia?
La enfermedad era mortal,
La enfermedad era mortal,
un cáncer apareció,
sin cura para el mal.
toda la ilusión borró.
¿En qué terminó este cuento?
Lo pueden imaginar:
cuando ella supo el evento,
se apresuró a terminar.
Siguió en su guerra ajena,
Siguió en su guerra ajena,
él, "a su manera", triste
trató de aliviar su pena.
ella, pensó: tú te fuiste.
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