GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ EN EL CINE: "EL CORONEL NO TIENE QUIEN LE ESCRIBA"

El escenario: el "lobby" del hotel Gimaura en Riohacha; eran aproximadamente las ocho y media de una noche de junio de 1989. Sentado en una de las poltronas, solo, con las piernas cruzadas y sosteniendo un vaso de guisqui en la mano, seguramente enredado en la nostalgia de alguna de sus vivencias, estaba el maestro. Nos acercamos a él con el respeto producto de la emoción del descubrimiento. Respondió a nuestro saludo después de echarnos un vistazo y decirnos: -Oye, ¿tú eres maestro, no es cierto? A nuestra respuesta afirmativa, nos advirtió: "¡Cuidado, me vas a preguntar por "Cien años de soledad", ¡Nojoda!"; escanció algo del licor en un vaso y nos lo ofreció. Se inició una velada en el cual él fue casi que el único participante. Esa noche, conocí de su propia voz, la anécdota de la estudiante vecina de su apartamento en Barcelona que aprovechó su cercanía para interrogarlo acerca de  la tarea impuesta por su maestra de literatura. La pregunta de porqué aparecía la E de "soledad" al revés en la primera edición de su novela más conocida publicada por la Editorial Sudamericana, lo sacó tanto de quicio, que al día siguiente, el Nobel se presentó en la escuela y regañó a la maestra en público; le recomendó con sarcasmo que fuera a la Argentina y le preguntara al diseñador gráfico porque él tampoco sabía. Todavía recordamos sus carcajadas por el recuerdo del hecho. Aún se discute si fue un error tipográfico como lo afirmara Gabo o si fue un diseño intencional.

-Mi  mejor novela es "El coronel no tiene quien le escriba", nos dijo en otro momento. -No sé porqué no se han dado cuenta. Nos sorprendió su declaración; ya se habían publicado otras novelas importantes: "El otoño del patriarca" (1975), "Crónica de una muerte anunciada" (1981), "El amor en los tiempos del cólera" (1985), entre otras. Quisimos entonces conocer sus razones, pero sus divagaciones tomaron otro rumbo. Finalmente, somnoliento, se despidió de nosotros y abandonó la estancia. Fue la única vez que tuvimos la oportunidad de hablar con el maestro. 

Desde entonces, hemos leído varias veces el libro y aunque coincidimos en que la novela presenta características únicas en el aspecto simbólico, final abierto e incierto, trama sintética e incluso el manejo magistral del personaje evocado, creemos que "Cien años de soledad" es la obra más completa e importante de Gabo. Aprovechamos la oportunidad para compartir el filme