DANTE ALIGHIERI FRANCESCO PETRARCA GIOVANNI BOCACCIO |
Fue la traducción literaria
del espíritu del Renacimiento. Su característica más destacada fue un amor, a
veces exagerado, por el mundo clásico, griego y latino, que llegaron a
idealizar. Las ruinas enterradas y olvidadas durante siglos fueron cuidadosamente
removidas para encontrar en ellas esculturas, capiteles, grecas y cualquier
rastro de las civilizaciones clásicas que fueron reverenciadas con unción
religiosa. Las casas de los nobles, de los clérigos o de los comerciantes
ricos, que durante la Edad Media apenas si se habían adornado con algún tapiz o
imagen religiosa, se llenaron de bustos, esculturas, ánforas y jarrones griegos
y romanos. Las damas leían en su versión original las obras de los poetas
antiguos, y junto con el arte resucitó una pasión por el bien decir y por la
literatura, que tenía el hombre como tema central. Los precursores del gran
movimiento literario humanista fueron tres italianos del siglo XIV, hombres de
la Edad Media que se adelantaron al sentir de su tiempo y que deben ser considerados
como los precursores del gran movimiento humanístico y renacentista de los
siglos XV y XVI: Dante Alighieri, Francesco Petrarca y Giovanni Bocaccio. Dante Alighieri (1265-1321) nació
en Florencia y se dice que a los nueve años de edad se enamoró de una niña
llamada Beatriz que murió a los veinticuatro años. Dante idealizó de tal modo este
amor que la inmortalizó en varias de sus obras, especialmente en "La Divina
Comedia".
A consecuencia de sus ideas
políticas fue desterrado de Florencia y durante el tiempo que permaneció
ausente de su patria escribió este poema considerado como el más notable de la
literatura italiana. En "La Divina Comedia", escrita en tercetos endecasílabos y
a lo largo de cien cantos, describe la peregrinación del propio autor
acompañado por Virgilio, su poeta favorito, que le lleva a visitar los círculos
del Infierno, del Purgatorio y del Cielo, donde encuentra a Beatriz, lugar al
cual no le acompaña Virgilio. Se considera el poema más importante desde los
que escribiera Homero y dio lugar a un género denominado "alegórico
dantesco" en el que el más allá, la muerte y los problemas de la salvación
estaban tratados con prioridad. Dante colocó en distintos círculos del otro
mundo sucesos y personajes que él había conocido o tratado en su desgraciada
vida, pues triste y desgraciada fue la existencia del florentino, aunque
después de su muerte fuese ensalzado con la máxima gloria de su patria.
Francisco Petrarca (1304-1374) fue un gran poeta lírico que cantó a Laura, una
mujer real y que además se cree estaba casada, por lo que el amor del poeta fue
puramente platónico. Sus "Canciones" son de una gran delicadeza. Su amigo Giovanni Bocaccio (1313-1375) también tuvo una mujer que le inspiró, Fiammetta, pero es
poco conocido por su traducción poética y más famoso por "El Decamerón", una
colección de un centenar de cuentos, algunos muy libres y hasta obscenos, que
relatan un grupo de jóvenes refugiados en una quinta cercana a Florencia donde
se han reunido para huir del flagelo de la peste. Como son diez, y cada uno
explica un cuento diario y están aislados diez días, el conjunto consta de cien
relatos. Estas tres grandes figuras fueron propiamente anteriores al
Renacimiento porque murieron en el siglo XIV, pero deben ser estudiados como
los primeros humanistas. La crítica no fue benévola con la adaptación cinematográfica de la primera parte de la obra, realizada en el año 2010 con base en un videojuego. La mayoría de los críticos coinciden en la calidad de los dibujos animados. Sin embargo, califican el contenido como "mediocre".
EL SIGLO DE ORO ITALIANO
A pesar de este nombre los siglos XV y XVI
carecieron en Italia de figuras comparables a Dante, pero sí ofrecieron mayor
variedad de géneros y una clara influencia oriental y clásica. Ludovico Ariosto
(1474-1533) tuvo por mecenas el cardenal Hipólito de Este. Su fama como poeta
era tan grande que en cierta ocasión en que cayó prisionero de un grupo de
bandidos, al enterarse éstos de que habían capturado al autor de "Orlando
furioso", no sólo le devolvieron la libertad sino que le colmaron de honores. En
esta obra relata las hazañas de Orlando y el sitio de París, atacado por los
infieles. Las hazañas de los cruzados para tomar Jerusalén fueron cantadas en
un poema heroico titulado "La Jerusalén libertada", debida a la inspiración de
Torcuato Tasso. Éste era un hombre nervioso y desquiciado, que murió en un
manicomio en 1595.
NICOLÁS DE MAQUIAVELO |
ERASMO
Y RABELAIS. Erasmo de Rotterdam (1466-1536) fue considerado el hombre
más culto de su siglo. De un espíritu agudísimo que lo llevó a utilizar la
sátira y la ironía en sus burlas contra los defectos del clero y de la nobleza,
fue uno de los causantes indirectos de la Reforma por la protesta constante
contra la sociedad de su tiempo. Sin embargo, fue enemigo de Lutero, a quien
criticaba por su intolerancia. Escribió "Elogio a la locura" o "Encomio de la
sandez", que es una despiadada sátira contra la sociedad de su tiempo. Su
influencia llegó a todos los rincones de Europa. En Francia el renacimiento
literario tuvo en Francois de Rabelais (1483-1553) uno de sus mejores
protagonistas. Era contemporáneo de Erasmo y
recibió protección del rey Francisco I, gran enamorado de las artes y las
letras, que había creado el Colegio de Francia. Francois Rabelais era hombre muy agudo y
culto, pero satírico implacable y persona de diversas ocupaciones, pues fue
poeta, médico, monje y jurisconsulto. Murió siendo párroco de Meudon. Su obra
más conocida es la titulada "El Gigante
Gargantúa y su hijo Pantagruel",
ambos grandes comilones y amantes de la buena vida. En esta novela se burla de
los defectos corrientes de su época, sin respetar siquiera los temas
religiosos. Contemporáneos de Rabelais fueron los autores de "La
Pléyade", entre los cuales estaba el poeta Pedro Ronsard (1525-1585), gran
entusiasta de los clásicos.
Michel De Montaigne (1533-1592) a quien se le reconoce como el creador de un género propio, el ensayo;
con el cual obtuvo celebridad. "Los ensayos",
es su obra más reconocida y contiene altos conceptos filosóficos. En Alemania,
el Renacimiento fue más tardío y coincidió con las convulsiones de la Reforma.
Un poeta, Hans Sachs, inmortalizado más tarde por Richard Wagner, fue el autor
de "Los Maestros cantores", obra que se inspiró en
los "minnensingers" medievales. Portugal, que se
había lanzado a la gran aventura del descubrimiento del camino de las Indias
por las rutas del Sur, tuvo también su gran poeta íntimamente ligado a las
aventuras que vivió su país. La vida de Luis Vaz de Camoens (1524-1580) fue
apasionante. Perdió el ojo derecho peleando en África, fue a las Indias y
naufragó, estuvo preso y, como todos los grandes genios, sufrió calamidades sin
cuento hasta su muerte, que le encontró pobre y completamente ignorado. Cuando
su buque se hundió, Camoens, a costa de grandes apuros consiguió salvar su gran
poema épico "Os Lusiadas", cuyo tema está referido a los
descubrimientos geográficos de los portugueses para llegar a la India. Los portugueses, según el mito descendientes de Luso, hijo del dios Baco quien conquistó a Lusitania (actualmente Portugal), sufren innumerables problemas en una serie de aventuras y regresan a su patria con un único tesoro: la noticia del descubrimiento del nuevo camino. Sus principales protagonistas son Vasco da Gama y su protectora, la diosa
Venus. La obra consta de diez Cantos conformados por mil ciento dos octavas.
MICHEL DE MONTAIGNE |
WILLIAM SHAKESPEARE: Las Islas
Británicas vivieron bastante alejadas de la Italia renacentista y su evolución
política e histórica fue poco influida por el movimiento italiano. Sin embargo,
en el siglo XIV Godofredo Chaucer, que había viajado por Italia como paje de
Eduardo III, escribió una obra que imitaba al "Decamerón" de
Giovanni Bocaccio, "Los cuentos de Canterbury". A fines
del siglo XVI apareció la figura extraordinaria de William Shakespeare. Había
nacido en Strafford en 1564 y murió en la misma ciudad en 1616, el mismo día,
según se cree, que falleció Miguel de Cervantes Saavedra. El teatro, que en la
Edad Media se limitó a representar autos sacramentales, es decir,
escenificaciones de vidas o milagros de santos, en la puerta de las catedrales,
tuvo en Inglaterra una aparición espléndida y pronta en la obra de Shakespeare. Muy
joven entró como apuntador en una compañía de cómicos que recorrían los
pueblos. Fue autor y actor al mismo tiempo y fundó más tarde un teatro llamado
"El Globo". Su obra es un verdadero tesoro de arquetipos humanos encarnados en sus personajes. Su vida fue triunfal a partir de los primeros éxitos y
consiguió fama, honores y riquezas. Sus obras conocidas son treinta y cinco.
Algunas son tragedias, como "Hamlet", la historia del
desgraciado príncipe de Dinamarca, los amores infelices de "Romeo
y Julieta", los celos de "Otelo, el mercader de
Venecia", la ambición de "Macbeth". "Enrique
IV" y "Ricardo III" son dramas
nacionales, históricos. Y, finalmente, son comedias "Las alegres
comadres de Windsor", "El sueño de una noche de
verano", "La Tempestad". En algunos casos la
ópera y en otros el cine han popularizado hasta nuestros días la obra del gran
poeta inglés. El Siglo de Oro español Durante el siglo XVI y parte del XVII
España conoció su máximo esplendor y el comienzo de su ruina. Los imperios de
Carlos I y Felipe II se habían extendido por todas las partes del orbe.
Sus nombres eran respetados y
temidos. Carlos II el Hechizado, el último de los Austrias, era ya un desecho
humano. El siglo XVIII amaneció con sombrías perspectivas. España dejó de ser
temida y respetada, y a consecuencia de este hecho los seculares enemigos, los
que habían de tejer la "leyenda negra" e impedir todo resurgimiento
posterior, levantaron la cabeza, especialmente a partir de la batalla de Rocroy
al advertir que los tercios españoles podían ser vencidos. Y en los mares, los
buques ingleses, franceses y holandeses, por primera vez en muchos años
pusieron en fuga a los de España. Este esplendor y exuberancia de poder al cual
siguió la decadencia, coincidió con una altísima expresión cultural como no se
ha vuelto a dar en España. Todas las ciencias y las artes cobraron un impulso
extraordinario. Nombres ilustres en las letras, en el arte y en el pensamiento
se reunieron para aportar conceptos y formas originales.
La reunión de estos hombres y
su obra ha dado origen a la expresión "Siglo de Oro", aunque el lapso
de tiempo que duró este auténtico renacimiento español casi alcanzara los
doscientos años. Cuando la decadencia política era manifiesta y las
dificultades sociales y económicas graves, aún continuaba en el campo del
pensamiento y del arte el movimiento ascensional que no cesó, prácticamente,
hasta el siglo XVIII. La influencia que este movimiento tuvo en el resto de
Europa fue considerable.
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