Katarukashimo |
Llegó a nuestra ciudad en el año de 1951 proveniente de la Normal Pedagógica Superior de Bogotá, institución que le confirió el título de licenciado en ciencias sociales, políticas y económicas en compañía de su amigo entrañable y condiscípulo, el licenciado Arturo Vives Pereira,
Nos animó siempre en nuestras inquietudes literarias y oratorias e influyó de manera decisiva en nuestra formación académica y espiritual. Tuvimos la oportunidad de compartir opiniones, críticas y valoraciones de los autores y obras que conformaban una selecta biblioteca, cuyos volúmenes leíamos vorazmente.
Libre pensador, miembro de la Logia masónica, agudo observador del entorno social, dejó plasmado su pensamiento a través de narraciones y testimonios en una obra escrita que no se ha apreciado lo suficiente, entre las cuales destacamos "La escuela en Narcolandia" (testimonio de una de las épocas más oscuras del contexto local y nacional).
Nuestro regreso como docente, nos dio la oportunidad de retornar al colegio como profesor de Lengua castellana durante los años 1974, 1975, 1976 y 1977. Entonces, la amistad, se hizo más íntima y fructífera; sin embargo, se abrieron otros destinos; y, un nombramiento administrativo nos apartó de la institución a la cual no regresamos sino hasta el año pasado, después de cuarenta y nueve años de ausencia con el ánimo de rescatar el legado de nuestro más querido y recordado maestro. Las circunstancias, lo hicieron imposible a pesar de todo nuestro empeño.
Libre pensador, miembro de la Logia masónica, agudo observador del entorno social, dejó plasmado su pensamiento a través de narraciones y testimonios en una obra escrita que no se ha apreciado lo suficiente, entre las cuales destacamos "La escuela en Narcolandia" (testimonio de una de las épocas más oscuras del contexto local y nacional).
Nuestro regreso como docente, nos dio la oportunidad de retornar al colegio como profesor de Lengua castellana durante los años 1974, 1975, 1976 y 1977. Entonces, la amistad, se hizo más íntima y fructífera; sin embargo, se abrieron otros destinos; y, un nombramiento administrativo nos apartó de la institución a la cual no regresamos sino hasta el año pasado, después de cuarenta y nueve años de ausencia con el ánimo de rescatar el legado de nuestro más querido y recordado maestro. Las circunstancias, lo hicieron imposible a pesar de todo nuestro empeño.
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