ALBERT CAMUS |
En
estos días de fútbol mundial vale la pena mencionar a uno de los
intelectuales que mejor habló de este deporte, y que lo practicó durante
su juventud. Nos referimos a Albert Camus, novelista, dramaturgo,
ensayista, filósofo y periodista que recibió el Premio Nobel de
Literatura en 1957. Dos años más tarde perdió la vida en un absurdo
accidente automovilístico.
Albert
Camus nació en Mondovi, Argelia, colonia francesa en el norte de África
el 7 de noviembre de 1913. Allí pasó su infancia y parte de su juventud
antes de radicarse en París. Vino al mundo en el seno de una familia
muy modesta. Su padre murió en la I Guerra Mundial; su madre se dedicó a
limpiar casas y su abuela le daba tremendas tundas cuando llegaba a
casa con el calzado roto. Esta fue una de las razones que lo llevaron a
ocupar el puesto de arquero, porque en tal posición conservaba más los
zapatos. Pero antes de situarse bajo los tres palos había sido
delantero.
En
1935 publicó su primer libro: ‘El revés y el derecho’. El autor tenía
veintidós años de edad. Albert Camus militó en el partido comunista;
poco después renunció a él. Frecuentó los cafés y las tertulias que en
el Barrio latino de París animaban famosos escritores y filósofos, entre
ellos Jean-Paul Sartre. Por esa época, 1942, Camus publicó ‘El
extranjero’. Este relato y ‘El mito de Sísifo’ fueron acogidos por la
crítica literaria con grandes elogios y abonaron definitivamente la
senda del escritor. Después vendrían obras de gran reconocimiento en el
mundo de las letras universales: ‘Bodas’, ‘La muerte feliz’, ‘La peste’,
‘La caída’, ‘El hombre rebelde’, ‘El exilio y el reino’, ‘El verano’ y
otras.
Pero
alternemos su actividad literaria con su pasión por el fútbol. Decía
Camus en una entrevista: “Aprendí pronto que una pelota no llega a uno
por donde uno espera que venga. Eso me ayudó mucho en la vida, sobre
todo en las grandes ciudades, donde la gente no va siempre “de frente”,
porque después de muchos años en que el mundo me ha permitido variadas
experiencias, lo que más sé, a la larga, acerca de moral y de las
obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol; lo aprendí con mi
equipo, el Racing Universitario de Argel”. ¡Cómo contrasta esta
afirmación con las palabras del DT de la selección de Uruguay, quien
opina que el deporte es cuestión de fuerza, no de moral sensiblera!
Albert
Camus llegó a hacer vida monacal en la población de Lourmarin, Francia,
y alcanzó a firmar cartas con el seudónimo Hermano Alberto O. D. (Orden
de los Dominicos). Cuando murió fue sepultado en el cementerio de esa
ciudad. En su obra “El primer hombre” Camus relata muchos episodios de
su vida en el fútbol. Afirma: “Sí, lo jugué varios años en la
Universidad de Argel. Me parece que fue ayer. Pero cuando en 1940 (Camus
tenía veintisiete años) volví a calzarme las botas, me di cuenta de que
no había sido ayer”.
También
hablan con propiedad sobre el fútbol el escritor uruguayo Eduardo
Galeano, autor de ‘La venas abiertas de América Latina’ y el
exfutbolista Jorge Valdano, quien ha escrito varios libros sobre este
deporte y ahora es cotizado comentarista en prestigiosos medios de
comunicación. Al fútbol y a muchas de sus figuras cantaron poetas como
Rafael Alberti y Miguel Hernández. Pero fue Camus quien más contribuyó a
que este deporte perdiera el estigma de opio del pueblo, aunque nunca
nadie pudo convencer a Borges de lo contrario.
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