En el mes de julio del año
pasado, tuvimos la fortuna de asistir a una charla dictada por Jota Mario
Arbeláez, una de las figuras más sobresalientes de la corriente literaria
vanguardista del Nadaísmo. El poeta ponía en duda la existencia de tal movimiento
y sus posibles influencias; lo tomamos como una burla más, como un sarcasmo de
uno de los que se rebelaron contra todas las reglas existentes en el contexto
histórico cultural en el cual apareció el movimiento allá por el año de 1958 cuando apareció el llamado “Manifiesto
nadaísta” firmado por gonzaloarango (sic).
"El Nadaísmo, en un concepto muy
limitado, es una revolución en la forma y en el contenido del orden espiritual
imperante en Colombia. Para la juventud es un estado esquizofrénico consciente
entre los estados pasivos del espíritu y la cultura", anunciaba la primera
página del texto, el cual procedía luego, aduciendo en su respaldo citas o
menciones de Mallarmé y Sartre, Breton, Kierkegaard, Kafka, Gide y Spencer, a
formular un vasto programa de subversión cultural (estético, social y
religioso) que, apoyándose en la duda y en los elementos no racionales, y
teniendo como armas principales la negación y la irreverencia, el
desvertebramiento de la prosa y el inconformismo continuo, buscaba el cuestionamiento
de una sociedad, la colombiana, en la cual "la mentira está convertida en
orden"1.
El
Nadaísmo como corriente literaria es producto de una generación frustrada,
cercana al suicidio, que ponía en tela de juicio todas las religiones, todos
los íconos sociales propios de la sociedad del momento; se desarrolló
fundamentalmente en la poesía y tuvo como exponentes a Gonzalo Arango, Eduardo
Escobar, Jaime Jaramillo Escobar,
J. Mario, Humberto Navarro, Pablus
Gallinazus, Germán Pinzón -no
nadaísta, sino primer premio en el concurso nadaísta de novelas realizado en
1966-, Dukardo Hinestroza, Fanny Buitrago, quien en julio de 1968
pidió su exclusión del grupo, Mario
Rivero, David Bonells y Jodorowsky,
la poetisa chilena residenciada en Lima, Perú.
El
rechazo a todo principio se vio evidenciado en las discusiones suscitadas al
interior del mismo movimiento. En efecto, el grupo de Medellín se refirió en
una agria respuesta a las desviaciones provincianas del grupo de Cali con estas
declaraciones:
"Hemos elegido por encima de toda fe, la
ética de la derrota y la ignominia. Le cantamos a los bajos instintos y
exaltamos a la categoría de virtud todo lo despreciado por la moral burguesa.
Sean crueles y sádicos. Insulten a la belleza. Vomítense en lo sagrado. Ríanse
de todo y de todos. Ríanse de ustedes mismos. Vivan hasta el agotamiento. La
muerte no existe"2
¿Cuáles
son las características de este movimiento tan peculiar?
En
primer lugar, podemos afirmar que esta corriente de pensamiento abarca no solo
la literatura; es una postura ideológica alimentada por el existencialismo
sartreano que se traduce en una actitud nihilista propia de una generación
desesperanzada.
Entre
las afirmaciones de Jota Mario en la charla aludida anteriormente, decía:
"(...) Nunca fuimos
realistas pero tampoco patriotas. Nos hicimos antisociales mientras llegaba el
socialismo. Hicimos nuestra revolución sin disparar un tiro. Todos los ídolos
cayeron y las fes como velas se derritieron. El único mito que queda, si queda,
es el nadaísmo. (...)”.
"(...) A pesar
de tener 5 años más que las Farc y 6 más que los Rolling Stones, (el Nadaísmo)
no ha podido colgar la lira porque no ha habido otro grupo más berraco que la
recoja (...)”
Y una aseveración
final:
"(...) Yo creo
que el Nadaísmo no tuvo ninguna influencia en lo contemporáneo porque entre
otras cosas, el Nadaísmo nunca existió...fue un invento de nuestros enemigos
para desacreditarnos y acabar con nosotros (...)
Sobre estas
afirmaciones, dice un crítico:
“Es
extremadamente difícil estar de acuerdo con el poeta en cuanto a la
inexistencia del movimiento que, salvo el carácter universal, cumple con los
requisitos exigidos para que un movimiento literario alcance una categoría
mayor en la clasificación tradicional”.
Podemos afirmar sin temor a
equivocarnos, que el nadaísmo como corriente vanguardista es auténtica en su
postura, en su rechazo a lo que llamaron la hipocresía burguesa tan propia de
la sociedad colombiana.
Un poema de Jota Mario que
hace expresa la anterior afirmación es “Santa
Librada College”
SANTA LIBRADA COLLEGE
A Parra,
el barrendero
al profesor varela, de preceptiva
y contraceptiva literaria
a un ex rector, armando romero lozano
a su colmillo de erudito,
a buenaventura enrique, ex alumno
al profesor varela, de preceptiva
y contraceptiva literaria
a un ex rector, armando romero lozano
a su colmillo de erudito,
a buenaventura enrique, ex alumno
laberinto
en tu piscina
me bañé desnudo
como un ángel
burlé la vigilancia
del vigilante
salté la verja
jugué billar en la cantina
de la esquina
asistí a cine al Alameda
me paseé por tus corredores
como el embajador de abisinia
por abisinia
a pesar de que no era
bruto
nunca pasé en geometría
del 3, 14 16
con compañeros
diferentes
como triángulos
semejantes
hicimos fraude en los exámenes
isócel
o ecalenamente
en las fiestas patrias
salíamos uniformados
de blanco
y yo no portaba la bandera
porque estaba mal peinado
y pertenecía al escuadrón número 12
ojo de águila el bibliotecario
vigilaba los libros
temeroso
de mi cuchilla sobre los desnudos
recortando la hernia
de afrodita
o me burlara del mahabarata
en clases de filosofía
me dedicaba al ajedrez
y en un lance
afortunado
le di jaque doble
con el caballo
al rey
y a parménides
el vicerrector
hacía la ronda
por los salones
el vicerrector
apuntaba inflexible
las irregularidades
el vicerrector
era el rector
dos veces
el profesor de química
tomaba tinto
en un crisol
leía sus noticias
en la tabla periódica
después nos hablaba del hidróxido de cadmio
Cd(OH)2
del electrón borracho
de los que no asistieron a misa
el domingo
de la desaparición de un erlenmeyer
del ultramicroscopio
del cuaderno de notas
y de algunos elementos
por descubrir
el profesor de dibujo
con su paleta
nos explicaba las perspectivas
del arte
nos abría todas las puertas
inclusive las puertas
de la calle
en el interior de los sanitarios
al lado de otras frases
burguesas
leí las primeras protestas
revolucionarias
“abajo el estado sitio”
“cátedra libre o muerte”
“no queremos ir al cuartel”
“los del cuarto B son homosexuales”
y como si no tuviéramos bastantes
“más libros menos armas”
le professeur de français
parlait de brigitte bardot
et de la guerre dans sa patrie
(voici l’opportunité
de lui dire
merde)
el profesor de historia
con su figura de mapa
de américa
nos explicaba
sinceramente
que no hubo decadencia romana
sino más bien una desvalorización
del sestercio
clase de biología
el profesor no encuentra la fórmula
en el laboratorio ni el libro
el profesor ensaya en un tubo
la efervescencia de la vida
el profesor espera el resultado
el profesor de urbanidad
llegaba puntualmente
pulcramente
no fumaba
no tosía
ni gritaba
se iba
el dentista nos sacaba las muelas
y dejaba
caernos en la ingle
trocitos de algodón que él recogía
pecaminosament
el profesor de geografía
bechuanalandia capital mafeking
ensenada de utría
primer productor de petróleo
informe del padre lebret
hasta la página cuarenta
lo mató un taxi distraído
en cali-colombia
no lo volvimos a ver más
el profesor de música (una dama)
daba la mala nota
pedagógica
nos daba de dormir en sus conciertos
mostrándonos los muslos fusa a fusa
sostenido en bemol
fa
mi
re
do
el profesor de religión
nos exhortaba
al arrepentimiento
nos hacía pruebas sobre
la existencia de dios
escuchaba mis objeciones
con abatimiento de crucifijo
y a él y a dios
los salvaba
la campana
el profesor de cátedra
bolivariana
venía
envuelto en su “everfit” como en el manto
de iris
se separó del cargo
cuando se persuadió de que desconfiábamos
de su desprendimiento
el profesor de contabilidad
es un pequeño asiento
en mi memoria
el médico nos examinaba
los testículos
nos preguntaba por las muelas
podridas
nos entrevistaba el corazón
con el estetoscopio
y nos recetaba un purgante
cada tres meses
en el recreo
nos tirábamos pepas
de frutas
pedazos de panela
con ganas de matar
lanzábamos los libros
de biología
los cuadernos de química
contra las paredes
para ver si explotaban
quemábamos los almanaques
nos entintábamos las manos
de saludar
golpeábamos el escroto
de los estudiosos
algunos de sexto fumaban
marihuana
escondidos en el museo
la enfermera
prestaba los primeros
auxilios
a los que se lesionaban
jugando fútbol
contra las alambradas
de la iglesia
los vigilantes o los profesores
tomaban tinto mientras
se robaban las bicicletas
francisco de paula santander
en el patio mayor
era entonces
una base de béisbol
durante las sesiones
de clausura
se entregan los diplomas a los inscritos
en sexto
había discursos
misa
risa
copas de vino
humo de pipa y cigarrillo fino
premios al mérito
a la asistencia
a la constancia
a la fe
a la esperanza
alvarado luis carlos (aplausos)
acevedo argemiro (aplausos)
aragón luis alfonso (aplausos)
arbeláez jota mario (aplazado)
santa librada college
tea no atea
mildoscientos alumnos
pararrayos
setenta y dos salones
discoteca
prestigio nacional
cincuenta y cinco
profesores idóneos
secretario
santa librada
college
yo no te debo
nada
en tu piscina
me bañé desnudo
como un ángel
burlé la vigilancia
del vigilante
salté la verja
jugué billar en la cantina
de la esquina
asistí a cine al Alameda
me paseé por tus corredores
como el embajador de abisinia
por abisinia
a pesar de que no era
bruto
nunca pasé en geometría
del 3, 14 16
con compañeros
diferentes
como triángulos
semejantes
hicimos fraude en los exámenes
isócel
o ecalenamente
en las fiestas patrias
salíamos uniformados
de blanco
y yo no portaba la bandera
porque estaba mal peinado
y pertenecía al escuadrón número 12
ojo de águila el bibliotecario
vigilaba los libros
temeroso
de mi cuchilla sobre los desnudos
recortando la hernia
de afrodita
o me burlara del mahabarata
en clases de filosofía
me dedicaba al ajedrez
y en un lance
afortunado
le di jaque doble
con el caballo
al rey
y a parménides
el vicerrector
hacía la ronda
por los salones
el vicerrector
apuntaba inflexible
las irregularidades
el vicerrector
era el rector
dos veces
el profesor de química
tomaba tinto
en un crisol
leía sus noticias
en la tabla periódica
después nos hablaba del hidróxido de cadmio
Cd(OH)2
del electrón borracho
de los que no asistieron a misa
el domingo
de la desaparición de un erlenmeyer
del ultramicroscopio
del cuaderno de notas
y de algunos elementos
por descubrir
el profesor de dibujo
con su paleta
nos explicaba las perspectivas
del arte
nos abría todas las puertas
inclusive las puertas
de la calle
en el interior de los sanitarios
al lado de otras frases
burguesas
leí las primeras protestas
revolucionarias
“abajo el estado sitio”
“cátedra libre o muerte”
“no queremos ir al cuartel”
“los del cuarto B son homosexuales”
y como si no tuviéramos bastantes
“más libros menos armas”
le professeur de français
parlait de brigitte bardot
et de la guerre dans sa patrie
(voici l’opportunité
de lui dire
merde)
el profesor de historia
con su figura de mapa
de américa
nos explicaba
sinceramente
que no hubo decadencia romana
sino más bien una desvalorización
del sestercio
clase de biología
el profesor no encuentra la fórmula
en el laboratorio ni el libro
el profesor ensaya en un tubo
la efervescencia de la vida
el profesor espera el resultado
el profesor de urbanidad
llegaba puntualmente
pulcramente
no fumaba
no tosía
ni gritaba
se iba
el dentista nos sacaba las muelas
y dejaba
caernos en la ingle
trocitos de algodón que él recogía
pecaminosament
el profesor de geografía
bechuanalandia capital mafeking
ensenada de utría
primer productor de petróleo
informe del padre lebret
hasta la página cuarenta
lo mató un taxi distraído
en cali-colombia
no lo volvimos a ver más
el profesor de música (una dama)
daba la mala nota
pedagógica
nos daba de dormir en sus conciertos
mostrándonos los muslos fusa a fusa
sostenido en bemol
fa
mi
re
do
el profesor de religión
nos exhortaba
al arrepentimiento
nos hacía pruebas sobre
la existencia de dios
escuchaba mis objeciones
con abatimiento de crucifijo
y a él y a dios
los salvaba
la campana
el profesor de cátedra
bolivariana
venía
envuelto en su “everfit” como en el manto
de iris
se separó del cargo
cuando se persuadió de que desconfiábamos
de su desprendimiento
el profesor de contabilidad
es un pequeño asiento
en mi memoria
el médico nos examinaba
los testículos
nos preguntaba por las muelas
podridas
nos entrevistaba el corazón
con el estetoscopio
y nos recetaba un purgante
cada tres meses
en el recreo
nos tirábamos pepas
de frutas
pedazos de panela
con ganas de matar
lanzábamos los libros
de biología
los cuadernos de química
contra las paredes
para ver si explotaban
quemábamos los almanaques
nos entintábamos las manos
de saludar
golpeábamos el escroto
de los estudiosos
algunos de sexto fumaban
marihuana
escondidos en el museo
la enfermera
prestaba los primeros
auxilios
a los que se lesionaban
jugando fútbol
contra las alambradas
de la iglesia
los vigilantes o los profesores
tomaban tinto mientras
se robaban las bicicletas
francisco de paula santander
en el patio mayor
era entonces
una base de béisbol
durante las sesiones
de clausura
se entregan los diplomas a los inscritos
en sexto
había discursos
misa
risa
copas de vino
humo de pipa y cigarrillo fino
premios al mérito
a la asistencia
a la constancia
a la fe
a la esperanza
alvarado luis carlos (aplausos)
acevedo argemiro (aplausos)
aragón luis alfonso (aplausos)
arbeláez jota mario (aplazado)
santa librada college
tea no atea
mildoscientos alumnos
pararrayos
setenta y dos salones
discoteca
prestigio nacional
cincuenta y cinco
profesores idóneos
secretario
santa librada
college
yo no te debo
nada
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