Para
divertirse con la lengua castellana
Por:
José Alejandro Vanegas Mejía jose.vanegasmejia@yahoo.es
El ‘tautograma’ es un texto, poema o
verso formado por palabras que empiezan por la misma letra. Este artificio o
juego de ingenio no es propio de la Edad
Moderna, pues ya Ennio en el siglo II antes de Cristo había
presentado su famoso tautograma en un hexámetro: “O tite, tute, tibi tanta
tyranne tulisti” (Oh, Tito Tacio, tirano: tú mismo te produjiste tan terribles
desgracias). En la Edad Media,
a fines del siglo IX y principios del X, Ubaldo de Saint-Amand compuso una poesía
de 136 versos cuyas palabras empiezan todas por la letra C. Ese poema, titulado
“De laude calvorum” (Elogio de los calvos) lo dedicó al rey Carlos el Calvo.
Un ejemplo de tautograma en español es el soneto de Francisco de Quevedo
que comienza así: “Antes alegre andaba, agora apenas / alcanzo alivio, ardiendo
aprisionado; / armas a Antandra aumento acobardado; / aire abrazo, agua
aprieto, aplico arenas.” Pero no hay que remitirse a épocas pasadas para
encontrar ejemplos de tautograma. Entre nosotros, el autor Mauricio Reyes nos
brinda una muestra de su producción: un diálogo ficticio en el cual utiliza la
letra C, luego pasa a la D,
continúa con la letra A y vuelve al uso de la C. Llama la atención que
el texto de Reyes no carezca de sentido, defecto que con frecuencia aparece
cuando se escriben tautogramas de cierta extensión. Dice el diálogo de Reyes:
Pregunta: --¿Cómo consigue crear
caligrafías comenzadas con caracteres
comunes? Respuesta: --Consigo crear ciertas caligrafías curiosas congregando
conceptos castizos comenzados con C; claro, concentrándome completamente.
Comprenderá cómo complícase complejo cometido cuando confrontamos conjunciones
copulativas cortas. ¡Cuántas carencias complicadas! Cosuetudinariamente
compongo con cierto contexto composiciones coherentes, críticas
circunstancialmente cáusticas.
Pregunta: --¿Cuánto conlleva completar
cada compilación? Respuesta: --¿Duración, dice? Difícil decírselo. Dúdolo.
Depende del diagnóstico, del discurso, del diccionario debido. Definitivamente,
de distintos delirios demoníacos difusos. Depende de decidirse. Digamos…
diseñar disertaciones decorosas demanda dos días, descontando determinados
domingos de descanso.
Pregunta: --Compilación calificada
como completa… ¿cuál columna, cuento, carta calificaría como central? Respuesta:
--Aprecio algunos artículos armé apilando abundantes aes. Ahora aporto:
Agustina Albertini, afamada actriz argentina, apabullada acabó arrojándose
aparatosamente al aire austral. Algún artículo adicional atinente a Antanas,
alcalde atípico: aireó asépticas asentaderas ante abigarrado auditorio.
Completo cierta compilación cuantiosa con cuentos, comunicados, con cartas,
conferencias, ciertas crónicas chinas curiosas, contemplando comercios
callejeros, caligrafías, cambios climatológicos, comida china, cuestiones
confucianas, cultura cotidiana, costumbres conyugales. Concluyo.
Pregunta: --Cuarta cuestión:
¿Contempla crear cierto contenido, capítulos correlacionados como cuentos? Respuesta:
--Claro.
Otros juegos de ingenio en la lingüística son los ‘palíndromos’:
palabras o frases que se leen igual al derecho y al revés. Ejemplos sencillos
son: “anilina”; “ananá”, “Neuquén”, “reconocer”, “Menem”. Alargando un poco más
el texto, se cita la conocida frase: “Dábale arroz a la zorra el abad”. También
son palíndromos “No subas, abusón”; “Oí lo de mamá: me dolió”; “Sometamos o
matemos”; “Yo dono rosas, oro no doy”;
“Lavan esa base naval”; “No traces en ese cartón”; “¿Será lodo o dólares?”;
“Logra Casillas allí sacar gol”. Al jugar con el idioma hay que tener en cuenta
los ‘semipalíndromos’, llamados también ‘palabras bifrontes’. Leídas al revés
tienen distintos significados: “Adán - nada”; “amor - Roma”; “animal - lámina”;
“rata - atar”; “ratón - notar”; “zorra - arroz”. Jugar con el lenguaje no debe
confundirse con abusar de él.
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