TRADUCTOR TRASLATOR 譯者 TRADUCTEUR

English plantillas curriculums vitae French cartas de amistad German documental Spain cartas de presentación Italian xo Dutch películas un link Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified

sábado, 15 de noviembre de 2014

LOS MÁS CERCANOS A GARCÍA MÁRQUEZ ANTES DEL NOBEL




                                      Por: José Alejandro Vanegas Mejía 
                     
Siempre que se habla de Alfonso Fuenmayor surge su imagen asociada a Gabriel García Márquez. De hecho, el Nobel colombiano lo menciona en ‘Cien años de soledad’. En esa obra es uno de los jóvenes asiduos contertulios en la librería del catalán Ramón Vinyes. También está Fuenmayor entre los amigos entrañables de Agustín, muchacho dueño del gallo en ‘El coronel no tiene quien le escriba’.
Pero, ¿qué sabemos de este barranquillero que sin duda influyó en la vida literaria de García Márquez? Paradójicamente, Fuenmayor no fue lo que en rigor se conoce como escritor, término aplicado casi con exclusividad a los novelistas, cuentistas, dramaturgos y ensayistas. El periodismo absorbió la actividad de de este amigo de Gabo; prefirió dedicarse de tiempo completo a la publicación de artículos en la prensa, aunque de alguna forma se asomó al campo editorial con el volumen titulado ‘Crónicas sobre el Grupo de Barranquilla’ publicado en 1978. José Félix Fuenmayor, padre de Alfonso, sí es conocido como escritor: sus obras “Cosme”, “Musa del trópico”, “Una triste aventura de catorce sabios” y el libro de cuentos “La muerte en la calle” tienen un sitio en la literatura colombiana. Alfonso Fuenmayor era el de más edad en el Grupo. Nació en 1917 y murió en 1994. Fue él quien descubrió que en un sector de Barranquilla existía un sitio llamado originalmente ‘El Vaivén’ y allí acudió durante muchos años con sus amigos para conversar sobre literatura y otros temas culturales. Encontraba siempre en ‘La Cueva’ a sus amigos Germán Vargas Cantillo, Álvaro Cepeda Samudio, Gabriel García Márquez y al pintor Alejandro Obregón, entre otros. Con su prosa cautivante, apoyada en sus profundos conocimientos, ilustraba a los asistentes: no en vano poseía una biblioteca de más de siete mil libros y era empedernido visitante de la librería del Sabio catalán.
Otro de los amigos de ‘La Cueva’ fue Germán Vargas Cantillo (1929 - 1991). Tenía fama de ser el colombiano que más rápido leía textos escritos por otros; por eso participó como jurado en innumerables concursos literarios. Prologó muchísimas obras. Fue director general del Instituto Nacional de Radio y Televisión; también director de la Biblioteca Departamental del Atlántico, además de columnista del diario El Heraldo de Barranquilla, entre otros cargos. También fue Germán Vargas corresponsal de El Liberal, dirigido por Alberto Lleras Camargo y periodista de planta del periódico El Nacional. Publicó las conocidas columnas ‘Un día más’ y ‘Una ventana al mar’ en El Heraldo.
Álvaro Cepeda Samudio nació en Ciénaga en 1926. Murió en Nueva York en 1972. Se le considera uno de los grandes promotores de la cultura colombiana de la segunda mitad del siglo XX. Estudió periodismo en los Estados Unidos, donde adquirió una visión moderna de ese oficio. Él introdujo en el país la tendencia llamada ‘Nuevo periodismo’, que combinaba crónicas noticiosas con visos de literatura; sin duda Hemingway le había dejado un valioso legado. En la narrativa sus obras son ‘Todos estábamos a la espera’ (1954), ‘La casa grande’ (1962) y ‘Los cuentos de Juana‘ (1972). El ‘Grupo de Barranquilla’ platicaba sobre Faulkner, Cortázar y todas las novedades literarias conocidas por ellos, pero sobre todo, como dice el crítico Nicolás Pernett, se dedicaban “a mamarle gallo interminablemente a la vida”. Con frecuencia se busca la cercanía de los famosos; pero los primeros amigos que tuvo García Márquez, los que decidió mencionar en sus obras fueron pocos, entre ellos Rafael Escalona.    

No hay comentarios:

Publicar un comentario