Es
frecuente encontrar escritores que son capaces de escudriñar el alma
humana con tal profundidad que no podemos menos que admirarnos y
sorprendernos por ello. Eso ocurre, cuando leemos las obras de Tolstoi,
el gran maestro y cultor del realismo ruso. La transformación del joven
noble Dmitri Ivánovich personaje de "Resurrección", la
última novela del escritor, es un ejemplo tangible de nuestra
aseveración; asimismo, ocurre con la descripción del complejo
comportamiento de Anna ("Anna Karenina"), el cual exige un excepcional conocimiento de la psicología femenina.
Nuestra
reflexión nos acerca a la vida misma del autor y a lo que sabemos sobre
ella. El escritor estadounidense Jay Parini (1948) escribió "La última estación"
(The last Station), una biografía sobre los últimos años del autor ruso
y participó directamente en la elaboración del guión cinematográfico de
la misma.
La
transformación de nuestro autor a edad madura (sobre los 82 años) y el
sorprendente cambio en su ideología religiosa que lo hace renunciar a su
título nobiliario, a su familia y a sus propiedades, en fin a una vida
sin sobresaltos económicos, para asumir una vida de asceta en la cual
está incluida el celibato y el vegetarianismo, es el tema de esta obra
que tiene como gran telón de fondo los conflictos que se generan a
partir del decisión del genial novelista. Sin embargo, ese proceso no se
dio en un único momento; es la suma de paulatinos cambios a lo largo
del discurrir existencial. En síntesis, los grandes conflictos de la
vida de los autores se traducen en la visión que logran expresar a
través de la literatura.
La gran protagonista es Sofía y su lucha por defender lo que cree que le pertenece por derecho.
La
película fue nominada al Premio Óscar, Premio Globo de Oro y Premio
Sindicato de Actores en el año de 2009 en las mismas categorías: Mejor
actriz (Helen Mirren) y Mejor actor de reparto (Christopher Plummer).
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