Tradicionalmente, la literatura se ha concebido como el "arte que emplea como medio de expresión una lengua". Pero,
¿y qué es el arte? Una primera aproximación al concepto de "arte" nos
conduce a lo estético; esto es, a aquello que es agradable a los
sentidos.
La Real Academia de la Lengua lo define como la "Manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros". Sin embargo, el concepto mismo de "arte" está sujeto a múltiples interpretaciones y no existe acuerdo entre los historiadores, filósofos y artistas, y mucho menos entre los críticos sobre este primer concepto fundamental. El carácter de "arte" se convirtió en algo subjetivo que dificulta su conceptualización. Arte, se convierte en una manifestación subordinada a ideologías, a estilos, a interpretaciones muy dispares de la realidad del contexto, es decir, aparece el concepto subjetivo de quien lo aprecia, lo juzga y lo evalúa de acuerdo con su propia forma de interpretar el mundo. No se trata entonces, de valores objetivos sobre los cuales podamos ponernos de acuerdo según parámetros estrictos plenamente establecidos. Solo podemos aportar acerca de este punto particular, que lo que verdaderamente es arte, es aquello que es capaz de transcender, de soportar el transcurrir temporal independientemente del contexto en que se haya producido.
Para
el caso de la literatura, se ha querido definirla con base en algunas
características fundamentadas en la función estética del lenguaje: la originalidad y el uso del lenguaje con intención estética por parte del autor; la finalidad estética, es decir, la clara intención de crear una obra de arte; la creación de un mundo ficticio, cuyos referentes no corresponden necesariamente a un mundo real, objetivo; la importancia del significante, o sea de la palabra como materia prima; el lenguaje connotativo,
que adquiere significado únicamente en el contexto. Nosotros, afirmamos
que la obra escrita adquiere valor artístico cuando de una u otra forma
se refiere a arquetipos humanos, es decir, muestran algún rasgo
fundamental del hombre o de los conflictos que este debe afrontar. Así,
se constituyeron los modelos literarios en todos los géneros. Aquiles,
encarna la valentía; Odiseo, la inteligencia y astucia; Penélope, la
fidelidad; Don Quijote, el idealismo, Sancho Panza, el materialismo;
Otelo, los celos; Hamlet, la duda; Romeo y Julieta, el amor; Rama, el
bien; Ravana, el mal; Yago, la traición; don Juan, al seductor; etc.
De
otra parte, podemos observar cómo muchas obras pierden importancia e
interés con el paso del tiempo, a pesar de un impacto inicial
significativo. Ello se debe a que la temática está referida a un aspecto
puntual que puede pasar de moda. Además, los valores estéticos pueden
variar según la época. Por ello, algunas obras quedan relegadas a un
segundo plano, a pesar de ser producidas por escritores de renombre. El
tiempo se constituye en un cedazo que decanta la obra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario